"La acción no debe ser una reacción sino una creación."
Mao ZeDong
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lunes, 3 de enero de 2011
Voces desde dentro y desde fuera
Rabia, cuando en un instante si tenías la vida jodida, te la terminan de romper y se felicitan.
Rabia, cuando te comunican que han detenido a una de las personas que más quieres, y que se la llevan a la cárcel. Cuando ves cómo la vida te da la vuelta.
Rabia, cuando te sientes muerta en vida y la vida continúa y te prohíben vivirla.
Rabia, cuando sientes el dolor en sus ojos, cuando sientes cómo el encierro le está superando, cómo no puede más. Impotencia y miedo. Rabia, cuando la desesperación se apodera de uno-a y debes resistir, resistir por los que afuera te quieren y te apoyan.
Rabia, cuando sólo puedes verla cuando te dejan y cuando puedes. Cuando la tienes que ver entre esos muros, con funcionarios vigilando. Rabia, y ganas de romper todos los muros y huir junt@s.
Rabia, de no saber como están las personas que quieres.
Rabia, cuando te despiertas con pesadillas. Cuando los nervios y la angustia te sobrepasan ante el continuo ¿cómo estará?
Rabia, porque el sufrimiento te acompaña, la agonía, la desesperación de que decidan por ti, hasta en lo más mínimo.
Rabia, cuando estabas teniendo una conversación interesante y el/la funcionari@ de turno abre la puerta del locutorio porque se ha acabado la hora.
Rabia, al sentir que debo seguir luchando para que los muros y las rejas no consigan encerrar mi mente, mi corazón, mis sueños.
Rabia, cuando llegas “feliz” a la comunicación después de una buena racha y han vuelto las malas noticias.
Rabia, al sentir que disfrutan cuando estás hundida.
Rabia, cuando toca despedirse y un día más el cristal te prohíbe ese abrazo.
Rabia, porque cuando sales no acaba la agonía.
Rabia, porque cuando sale a la calle después de 1 año, la encuentras con profundas secuelas, con la salud deteriorada, con muchísima ansiedad, con miedo continuo, llena de inseguridades, desubicada, anulada.
Rabia, porque después de cuatro años hay que seguir luchando tras perder casi todo para sentir que eres una persona con dignidad, no una escoria, como ellos pretenden.
Rabia, cuando se cumple cada año de la detención, las pesadillas brotan, y los recuerdos de lo vivido te superan.
Rabia, porque sé lo que se sufre y lo inútil del sufrimiento que la cárcel genera, y porque sé que hay muchos-as que lo siguen sintiendo y que, por desgracia, lo sufrirán.
Luchamos por convertir esa rabia en fuerza. Fuerza que nos lleve a construir un movimiento real y fuerte de apoyo a las personas presas y contra la prisión. El camino es largo y difícil, pero no imposible.
Presa social encarcelada durante un año
Familiares y amig@s de personas encarceladas
www.lahaine.org
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