LA CALLE ES DE TOD@S
Menuda ciudad. Yo lo pienso y tú lo piensas. Los y las jóvenes de Santander nos hemos ido dado cuenta (sin demasiada dificultad, todo hay que decirlo) de que el Ayuntamiento está al servicio de unos determinados intereses que no son los del común. Desde Regüelta queremos plantearos eso, que es necesario que esta ciudad cambie, pero que debemos ser los y las santanderinas las que la cambiemos.
En los últimos meses, más de 1000 personas, en su mayoría jóvenes, han sido multadas por la policía local por beber en la calle. Y l@s que quedan, porque el Ayuntamiento no tiene intención de parar, pues necesita nuestro dinero para cubrir el déficit que ellos mismos han generado. Y no es solo una cuestión de dinero, es una forma de entender la vida en nuestra ciudad, pensada por y para una minoría adinerada. L@s jóvenes no contamos y sólo tenemos derecho a estar hacinados en bares, sin ninguna alternativa de ocio, condenados a gastar cada fin de semana un dinero que no tenemos o a quedarnos en casa. Si queremos que nuestro ocio no esté centrado en el consumo de alcohol, es necesario que existan alternativas más allá de la elitista y anticántabra “Noche es Joven”, no una persecución interesada ni una brigada especial de la policía local.
Son hipócritas, porque promueven una moral que no cumplen. Nunca les ha importado nuestra salud, ni nuestro tiempo libre; de hecho, nos prefieren bebiendo y sin pensar en nada. Pero incluso en eso tienen que sacar beneficio e imponer sus normas. Además, toleran que cierto perfil de gente consuma alcohol en terrazas y casetas. Si aceptamos esta situación, estaremos abriendo la vía a nuevas vulneraciones de nuestros derechos como vecin@s. Es necesario denunciar las actuaciones injustificables de la policía local y la policía nacional, que se dirige a nosotr@s con actitud chulesca y agresiva y que actúa con total impunidad.
Pero nuestros derechos no solo se están atacando por ahí. Realmente no había por dónde coger la candidatura a Capital Europea de la Cultura, porque salvo honrosas excepciones no hay dónde encontrar la cultura, porque lo que hay es elitista y en su mayoría traído de fuera. L@s artistas de esta ciudad no tienen dónde tocar ni exponer y ni hablemos de hacer música en la calle, porque sea a la hora que sea está prohibido y el primer policía que aparezca se encargará de quitarte el instrumento hasta que pagues la multa. Las Ordenanzas Municipales recientemente aprobadas son más propias del franquismo que de una democracia y no solo prohíben hacer música, sino prácticamente respirar. Son una muestra de cuál es la ciudad que quieren imponernos.
Con solo echar una vistazo, nos damos cuenta que en esta ciudad de locos hay policías por todas partes. Hay trece que se dedican solo a multarnos por beber en la calle. Sí, trece. La policía parece ser la solución a todos los problemas de una ciudad donde la juventud no tiene salidas, donde no tiene espacio. En Santander solo son vecin@s un@s poc@s y l@s demás no pintamos nada.
Éste es un llamamiento directo a pararse a pensar, a responder y a organizarnos. A construir nuestros propios espacios y nuestro propio futuro. Los y las jóvenes de Regüelta ya hemos decidido recorrer el camino contrario a los intereses del Ayuntamiento de Santander. Y tú, ¿Qué crees? ¿De quién es la calle?
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